La Asociación Americana del Corazón (AHA) publicó una declaración científica sobre los alimentos ultraprocesados AHA, en medio del debate global sobre dieta y salud cardiovascular. El documento busca orientar a consumidores y responsables de políticas públicas sobre qué productos evitar y cuáles elegir como opciones menos dañinas dentro de esta categoría.
Ultraprocesados menos dañinos según la AHA
La AHA aclara que no todos los ultraprocesados son iguales. Algunos, aunque procesados, pueden aportar nutrientes valiosos. Entre los recomendados como alternativas menos problemáticas figuran:
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Panes integrales enriquecidos.
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Yogures descremados sin azúcares añadidos.
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Leches y bebidas vegetales fortificadas.
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Legumbres enlatadas o en frasco con bajo sodio.
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Frutas y verduras congeladas simples, sin salsas.
Estas opciones facilitan el acceso a alimentos saludables cuando no es posible cocinar desde cero.
Ultraprocesados AHA que conviene evitar
En contraste, la AHA advierte con firmeza sobre productos que aumentan el riesgo cardiovascular:
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Bebidas azucaradas.
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Snacks altos en grasas trans o saturadas.
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Carnes procesadas (salchichas, jamones, embutidos).
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Sopas instantáneas con alto contenido de sodio.
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Cereales de desayuno azucarados.
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Comidas listas con exceso de conservantes.
Estos artículos no solo aportan calorías vacías, sino que desplazan frutas, verduras y proteínas magras en la dieta.
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Relevancia para Costa Rica sobre evitar los ultraprocesados AHA
En Costa Rica, donde las enfermedades crónicas no transmisibles siguen siendo la principal causa de muerte, la guía de la AHA aporta herramientas valiosas. Expertos señalan que instituciones como el Ministerio de Salud y la Caja Costarricense de Seguro Social podrían usar estas recomendaciones para fortalecer el etiquetado nutricional, regular la publicidad dirigida a niños y reforzar programas educativos en escuelas y hospitales.
Clave para consumidores
La AHA recomienda priorizar alimentos frescos y mínimamente procesados, y cuando se opte por ultraprocesados, revisar etiquetas para reducir sodio, grasas dañinas y azúcar. Limitar estos productos y sustituirlos por alternativas caseras o menos industrializadas es un paso clave para mejorar la salud cardiovascular.