Masacre de Tlatelolco
Lo que comenzó como un homenaje pacífico terminó en caos. La marcha para recordar los 57 años de la masacre estudiantil de Tlatelolco dejó más de 120 heridos, entre policías, manifestantes y civiles. El suceso reaviva el debate sobre la violencia y el derecho a la protesta en México.
Tlatelolco: memoria que sigue viva
Cada 2 de octubre, miles de personas marchan por las calles de la Ciudad de México para rendir tributo a las víctimas de la masacre de Tlatelolco de 1968, cuando el gobierno mexicano reprimió brutalmente una manifestación estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas.
Este año, la conmemoración reunió a una multitud que exigía justicia, memoria y respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la jornada se vio empañada por enfrentamientos entre grupos de manifestantes y la policía.
Memoria de la masacre de Tlatelolco: Más de 100 heridos tras los enfrentamientos
Según la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), al menos 94 policías resultaron lesionados durante la protesta, mientras que 29 personas —entre manifestantes y transeúntes— también fueron atendidas por los servicios médicos.
En total, 123 personas resultaron heridas. Aunque las autoridades no detallaron la gravedad de las lesiones, se reportaron choques con piedras, petardos y gas lacrimógeno.
Organizaciones sociales denunciaron el uso excesivo de la fuerza policial, mientras que la SSC argumentó que varios de sus agentes fueron atacados con objetos contundentes.
Un símbolo de memoria y de conflicto
El aniversario de Tlatelolco se ha convertido en un símbolo de resistencia social y lucha por la justicia. Sin embargo, los recientes disturbios reflejan las tensiones no resueltas entre los movimientos sociales y las fuerzas del orden.
Para analistas, los hechos demuestran la urgencia de abrir canales de diálogo y mecanismos de mediación que garanticen el ejercicio de la protesta sin violencia.
Conclusión
La masacre de Tlatelolco sigue siendo una herida abierta en la historia mexicana. Lo ocurrido este año recuerda que, aunque han pasado 57 años, las demandas de justicia y libertad aún resuenan. Las autoridades prometen investigar los hechos, mientras el país vuelve a debatir cómo conmemorar sin repetir los errores del pasado.
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