Sismo en Rusia activa alerta de tsunami: otra señal de los tiempos climáticos extremos

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Este 30 de julio de 2025, un terremoto de magnitud 7,8 sacudió la costa oriental de Rusia, específicamente en la región de Kamchatka, provocando alertas de tsunami en varios países del Pacífico como Japón, Corea del Sur, Alaska y Hawái.

Aunque el epicentro ocurrió lejos de América Central, el evento ha generado reflexiones importantes a nivel global: ¿qué tan preparados estamos ante desastres que hoy se ven amplificados por el cambio climático?

Expertos del Centro de Investigaciones Geofísicas de la Universidad de Costa Rica (UCR) explican que si bien los sismos son fenómenos tectónicos naturales, los efectos que generan —como tsunamis, deslizamientos o erosión costera— pueden agravarse considerablemente en contextos de clima extremo: océanos más cálidos, lluvias más intensas, y un aumento sostenido del nivel del mar.

“El cambio climático no causa terremotos, pero sí amplifica su impacto sobre las comunidades vulnerables”, indican desde el equipo académico. Por ejemplo, el agua más caliente en el Pacífico permite que las olas de un tsunami se propaguen con mayor energía, y los suelos saturados por lluvias elevan el riesgo de deslizamientos tras un sismo.


Costa Rica: entre el riesgo sísmico y el desafío climático

Aunque el evento en Rusia se dio a miles de kilómetros, Costa Rica no puede bajar la guardia. Nuestro país está ubicado en el Cinturón de Fuego del Pacífico, una de las zonas más sísmicas del mundo. Según datos del OVSICORI, Costa Rica registra más de 800 sismos percibidos cada año, especialmente en las zonas costeras del Pacífico como la Península de Nicoya, Puntarenas y la zona sur.

Además, estas áreas son las más vulnerables ante un eventual tsunami de origen remoto. En 2022, el país participó en un simulacro internacional liderado por el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC), el cual reveló que en varias comunidades costeras el tiempo de evacuación aún supera los 30 minutos, muy por encima del estándar recomendado de 15 minutos.


¿Cómo reforzar nuestra resiliencia?

Desde la UCR se ha insistido en una estrategia integral que combine gestión del riesgo con adaptación climática. Las recomendaciones incluyen:

  1. Actualización de mapas de riesgo y rutas de evacuación costera, especialmente en zonas turísticas y comunidades densamente pobladas.

  2. Capacitación y simulacros regulares en escuelas, empresas y barrios costeros, promovidos por comités locales de emergencia.

  3. Fortalecimiento del sistema de alerta temprana, incluyendo sensores sísmicos y mareográficos integrados a plataformas móviles de notificación inmediata.

  4. Revisión de infraestructura crítica: hospitales, puertos, centros educativos y albergues deben cumplir con estándares antisísmicos y estar preparados ante inundaciones o evacuaciones masivas.


Lecciones globales, acciones locales

Aunque el sismo en Rusia se sintió lejos, sus repercusiones nos recuerdan que vivimos en un mundo interconectado, donde los desastres pueden tener efectos en cadena. Hoy más que nunca, el cambio climático y los fenómenos naturales no pueden tratarse por separado.

Costa Rica, reconocida por su liderazgo ambiental y compromiso con la sostenibilidad, tiene la oportunidad de ser también un referente regional en resiliencia ante riesgos múltiples. La preparación, la educación y la inversión estratégica en prevención son claves para proteger vidas y comunidades enteras.

En tiempos de crisis climática, la mejor defensa es la anticipación.

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StayTV Periodista
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