Bangkok, Tailandia — En una ciudad donde el ritmo no se detiene, encontrar un lugar donde bajar revoluciones y conectar con la esencia local se vuelve un verdadero tesoro. Y es precisamente eso lo que ofrece Hua Takhe, un antiguo barrio del este de Bangkok que parece detenido en el tiempo… con un giro muy especial: aquí, los paseos en barco se disfrutan junto a gatos.
Ubicado en el distrito de Lat Krabang, a pocos kilómetros del bullicio urbano, Hua Takhe —que en tailandés significa “cabeza de cocodrilo”— debe su nombre al hallazgo de un cráneo de cocodrilo durante la construcción de sus canales hace décadas. Hoy, este rincón pintoresco destaca por sus casas de madera, pasarelas ribereñas y murales pintados a mano, todo enmarcado por un ambiente tranquilo, ideal para quienes buscan escapar del circuito turístico tradicional.
En sus callejuelas se pueden encontrar tiendas de comida local, helados artesanales, terrazas llenas de plantas colgantes y vecinos que saludan con una sonrisa genuina, algo que muchas veces se pierde en las zonas más concurridas de Bangkok.
Pero lo que realmente ha puesto a Hua Takhe en el mapa para los amantes de lo auténtico es su «barco gatuno», una experiencia única lanzada por la Si Yaek Huatakhe Café & Guesthouse. Todo comenzó cuando los dueños adoptaron dos gatos callejeros para controlar ratones en la propiedad. Con el tiempo, los felinos se acostumbraron a subirse al bote… y se volvieron las estrellas del paseo.
Hoy, esta travesía se ha convertido en un plan imperdible: dos salidas diarias (a partir de las 4:30 p.m.) permiten que hasta dos personas compartan una hora de navegación tranquila por los canales, acompañadas por gatos de carácter dócil que se acomodan en proa, saltan al regazo de los visitantes o simplemente observan el paisaje con esa calma felina tan contagiosa.
La actividad ha ganado fama no solo por su originalidad, sino por su efecto terapéutico. “Es como si los gatos supieran que estás aquí para desconectarte, y te acompañan en silencio, sin pedir nada”, comenta Ana Fernández, turista costarricense que descubrió el tour por redes sociales.
Con el sol cayendo sobre el agua, el maullido ocasional de un gato y el leve vaivén del bote, Hua Takhe ofrece una de las experiencias más entrañables y relajantes para quienes visitan Bangkok con alma curiosa y corazón tranquilo.