Europa implementa fuertes multas para turistas indisciplinados en temporada alta

By Ryan
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Este verano, varios países europeos han decidido intensificar las medidas contra el mal comportamiento de los turistas, implementando un conjunto de nuevas multas que buscan proteger tanto la seguridad pública como la experiencia de los residentes locales. Desde Turquía hasta España, las nuevas normativas buscan disciplinar una serie de conductas consideradas inapropiadas o peligrosas.

En Turquía, por ejemplo, los pasajeros que se levanten antes de que el avión termine de rodar en la pista ahora enfrentan una multa de €62 (alrededor de ¢34,000 colones costarricenses). Esta medida, vigente desde inicio de año, pretende reforzar la seguridad a bordo y prevenir accidentes durante el desembarque.

España ha tomado medidas especialmente estrictas en las Islas Baleares, incluyendo destinos turísticos populares como Mallorca e Ibiza. Allí, el consumo de alcohol en la vía pública puede acarrear sanciones de hasta €3,000, una política que busca controlar los excesos del turismo de fiesta que, desde hace años, genera molestias a los residentes locales. Además, acciones aparentemente inofensivas como dejar una toalla para reservar un lugar en una playa o piscina también podrían ser penalizadas.

En Portugal, la situación no es muy diferente. En la localidad de Albufeira, vestir trajes de baño fuera de la playa podría costar hasta €1,500. La normativa tiene como objetivo preservar la convivencia cívica y evitar actos que se consideren irrespetuosos hacia los habitantes y el entorno urbano.

Otros países como Italia también han introducido restricciones. En algunas regiones costeras se han prohibido acciones como ducharse con jabón en las duchas municipales de la playa o llevar chanclas mientras se conduce, argumentando que estas prácticas aumentan el riesgo de accidentes.

Estas regulaciones reflejan una postura cada vez más firme por parte de los gobiernos locales ante el crecimiento sostenido del turismo masivo y las consecuencias sociales que este conlleva. Según autoridades europeas, el objetivo no es desalentar los viajes, sino fomentar un modelo de turismo responsable y sostenible, que no comprometa la calidad de vida de los residentes ni los recursos locales.

Algunos viajeros han expresado su desconcierto ante las nuevas reglas, mientras que otros consideran positiva la iniciativa. Desde Costa Rica, país reconocido también por su enfoque en el turismo sostenible, estas medidas podrían verse como una oportunidad para aprender cómo gestionar el crecimiento turístico sin sacrificar el bienestar de la comunidad.

Con esta tendencia en alza, expertos recomiendan a los turistas estar bien informados sobre las normativas locales antes de viajar a Europa. Consultar fuentes oficiales o guías turísticas actualizadas puede evitar inconvenientes que no solo afecten el presupuesto, sino también la experiencia de viaje.

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