¿Sentís que tus emociones no son tuyas? Practicar la “separación de responsabilidades” es el primer paso para empezar a quererte.

By iLady
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Una mujer se sienta junto a una ventana, sosteniendo una taza de café y sonriendo serenamente, transmitiendo una sensación de paz interior y autocuidado.

Al crecer, ¿no te parece que nos empezamos a preocupar más por las emociones de los demás que por las nuestras? En nuestras interacciones, a veces cargamos sin querer emociones que no nos corresponden. Tal vez te haya pasado: cuando alguien está de mal humor, lo primero que pensás es “¿habré dicho algo malo?”.

Aunque por dentro estés agotada, aún así forzás una sonrisa para no decepcionar o enojar a la otra persona. Con el tiempo, aprendemos a reprimirnos y a darle más peso a los sentimientos ajenos que a los propios. Y ahí aparece un cansancio y un vacío difíciles de explicar.

Si has vivido esa lucha, en iLady queremos compartirte un concepto psicológico tan suave como poderoso: la “separación de responsabilidades”, que nos recuerda que no tenemos que sentir culpa por las reacciones de otros, ni gastar nuestra energía en compensar sus emociones. Ese es el primer paso para empezar a querernos.

妳可能也有過這樣的經驗——當別人不悅時,妳總是第一時間自責:「是不是我說錯了什麼?」(圖:IG@seojuhyun_s)

¿Qué es la separación de responsabilidades?
La “separación de responsabilidades” (Separation of Tasks) proviene de la teoría del psicólogo Alfred Adler. Es una forma de aclarar responsabilidades y límites. En pocas palabras, nos recuerda que cada persona es responsable de sus acciones, emociones y decisiones, y que no debemos cargar con las reacciones o sentimientos de los demás.

Por ejemplo: si decís con educación y honestidad “hoy necesito un tiempo para mí” y la otra persona se molesta, esa reacción es suya, no tuya. Podés entender su tristeza, pero no tenés que ceder tu necesidad para calmar su inseguridad.

Practicar la separación de responsabilidades no es ser egoísta, es tener límites claros y con amor.

課題分離並不是自私,而是一種清晰而有愛的界線感(圖:IG@seojuhyun_s)

¿Por qué necesitamos practicarlo?

  1. No cargar en exceso con las emociones ajenas
    A muchas nos enseñaron desde niñas a “ser comprensivas” y “no decepcionar a nadie”. De adultas, seguimos ajustándonos para evitar conflictos. Puede que eso nos haga ver amables, pero también nos deja con cargas emocionales que no nos pertenecen.
    Con la separación de responsabilidades entendemos que podemos empatizar, pero no tenemos que ser responsables del estado de ánimo de otros. Es una forma de cuidarnos y de respetar al mismo tiempo a los demás.

  1. Vivir más auténticas
    Cuando dejás de medir tu valor según los ojos ajenos, podés conectar con lo que realmente necesitás y sentís. Así, elegís cómo responder, en vez de dejarte arrastrar por las reacciones. Y eso significa vivir más alineada con vos misma, no solo complaciendo al mundo.

  2. Construir relaciones sanas y maduras
    Las relaciones estables no se logran solo complaciendo, sino cuando ambas partes asumen su responsabilidad y respetan límites. Al practicarlo, le das espacio a la otra persona para crecer y fortalecerse.

事實是,妳無法控制對方怎麼想、怎麼感覺,那不是妳的責任(圖:IG@seojuhyun_s)

¿Cómo empezar a practicarlo?

  1. Autoconciencia: identificar de quién es el tema
    Cuando sientas que tus emociones se agitan o aparece la culpa, pausá un segundo y preguntate: “¿Esto está bajo mi control? ¿Es mi responsabilidad?”.
    Ejemplo: que una compañera esté de mal humor no significa que debás ajustar todo para no incomodarla; si un familiar rechaza tu propuesta, es su decisión, no tu fracaso.

  1. Poner límites y expresarlos con firmeza y suavidad
    Reconocer que “no puedo satisfacer a todos” te permite decir: “Con esto no puedo ayudar” o “Ahora necesito tiempo para mí”. No es rebeldía, es honestidad.

  2. Soltar el hábito de querer controlar las reacciones ajenas
    A veces pensamos: “Si no lo digo así, se va a enojar” o “Debí suavizarlo más”. La verdad es que no podés controlar lo que el otro piense o sienta. Confiá en que podrá manejar sus emociones, y vos ocupate de lo que sí podés controlar: tus decisiones y tu actitud.

  3. Aceptar no ser entendida y acompañarte con ternura
    Puede que algunos digan “has cambiado” o “te estás volviendo fría”. Recordate que cada vez que pones un límite, creces. No ser entendida no significa estar equivocada.

Podés escribir un diario o hablar con una amiga de confianza para reafirmarte: “Estoy viviendo para mí, y eso merece apoyo”.

課題分離並不等於疏離,它不是要妳關上心門,而是在心裡劃出一條溫柔的界線(圖:IG@seojuhyun_s)

El corazón de la separación de responsabilidades
No es aislarte ni cerrar el corazón. Es dibujar una línea suave en el alma: escucho y acompaño, pero no sustituyo la responsabilidad ajena.

Cuando lo practicás, tu corazón se siente más libre, porque ya no tenés que rescatar emociones ajenas ni culparte por no complacer a todos. Podés reconocer tu cansancio y tus deseos sin esconderlos “para no molestar”.

Proteger tus límites internos es el acto más profundo de ternura hacia vos misma. Que nuestras relaciones dejen de estar secuestradas por las emociones, y que aprendamos, con suavidad y firmeza, a cuidar primero de las nuestras.

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