Una receta publicada por el sitio británico Good Food generó una ola de críticas en Italia al presentar una versión de cacio e pepe que, según expertos y restauranteros romanos, traiciona los ingredientes originales. La publicación describía el plato como «un almuerzo rápido» con «cuatro ingredientes sencillos —espaguetis, pimienta, parmesano y mantequilla», lo que desató indignación entre quienes defienden la tradición culinaria romana.
La reacción más contundente llegó de Fiepet Confesercenti, asociación que representa a restaurantes en Italia, que se dijo «asombrada» por ver esa receta en un sitio de tanta reputación y subrayó la incorrección: «No son cuatro ingredientes, sino tres: pasta, pimienta y pecorino». El reclamo apunta al corazón de la discusión: la receta auténtica de cacio e pepe se elabora únicamente con pasta, pecorino romano y pimienta negra, y la técnica para emulsionar el queso con el agua de la cocción define su textura y sabor, sin necesidad de mantequilla ni de parmesano.
La publicación de Good Food, portal británico que perteneció a la BBC hasta 2018, reavivó un debate recurrente sobre la conservación de platos tradicionales frente a las adaptaciones internacionales. En redes sociales, cocineros, propietarios de trattorias y amantes de la cocina italiana compartieron advertencias, memes y explicaciones técnicas sobre el manejo del queso y la pimienta para lograr la clásica salsa sedosa. Varios restauradores italianos señalaron que introducir ingredientes ajenos no solo altera el perfil gustativo, sino que también banaliza una preparación con siglos de historia en la tradición romana.
Al mismo tiempo, algunos comentarios en internet relativizaron la polémica, defendiendo la experimentación y la adaptación de recetas en contextos domésticos: para usuarios fuera de Italia, versiones «rápidas» pueden resultar prácticas. No obstante, la fuerte respuesta institucional subraya cómo ciertos platos se han convertido en símbolos culturales que generan reacciones viscerales cuando se perciben agresiones a su autenticidad.
Más allá del cruce de opiniones, la controversia pone de relieve un desafío para los medios gastronómicos: equilibrar la accesibilidad de recetas para públicos globales con el respeto por las tradiciones culinarias. Para muchos italianos, y en especial para quienes trabajan a diario con la cocina romana, el cacio e pepe no es solo una receta sencilla, sino un emblema que merece precisión y cuidado en su presentación y descripción.
La disputa provocada por la publicación de Good Food es una muestra más de cómo la comida puede activar debates sobre identidad, patrimonio y profesionalismo. Mientras tanto, entre quienes defendieron la receta original se escuchó la idea recurrente: enseñar a preparar cacio e pepe correctamente debe empezar por respetar sus tres únicos protagonistas: pasta, pecorino y pimienta.