GlobalWafers, subsidiaria del grupo taiwanés Sino-American Silicon Products (SAS), informó que recibió poco más de $200 millones en junio como parte del programa CHIPS Act de Estados Unidos. El monto corresponde aproximadamente a la mitad de una subvención de $406 millones anunciada en diciembre pasado por la administración anterior para financiar la ampliación de la producción de obleas de silicio en Texas y Missouri.
La empresa, uno de los mayores suministradores globales de obleas de silicio, confirmó la recepción de los fondos en un comunicado difundido el viernes. La inversión forma parte de los esfuerzos de Washington por incentivar la manufactura doméstica de componentes clave para la cadena global de semiconductores, una prioridad estratégica para reducir la dependencia de plantas en Asia y fortalecer la seguridad tecnológica.
Los proyectos en Texas y Missouri buscan ampliar la capacidad de fabricación de obleas —la materia prima esencial para los chips— y complementar la creciente ola de inversiones en la industria de semiconductores en Estados Unidos. Aunque GlobalWafers no detalló en su informe los plazos exactos ni la distribución puntual del financiamiento en cada estado, la compañía señaló que los avances permitirán incrementar la producción y atender la demanda de fabricantes de semiconductores en Norteamérica.
Para Costa Rica, país con una historia de atracción de inversiones en electrónica y exportación de productos de alta tecnología, estos desarrollos resultan relevantes. En los últimos años el país ha sido sede de plantas de ensamblaje y servicios para la industria tecnológica; movimientos como la reubicación o expansión de capacidades en Estados Unidos podrían incidir en decisiones de las empresas multinacionales que operan en la región. Autoridades locales de comercio e inversión, como COMEX y CINDE, han subrayado la importancia de seguir promoviendo ventajas competitivas como talento especializado, incentivos fiscales y estabilidad regulatoria.
El CHIPS Act, aprobado para fomentar la producción de semiconductores en territorio estadounidense, ha destinado subvenciones y préstamos para proyectos que van desde fábricas de obleas hasta plantas de empaquetado y ensamblaje. La entrega parcial de la subvención a GlobalWafers refleja el proceso por etapas en que suelen desembolsarse esos recursos, sujeto a hitos y certificaciones.
Analistas del sector señalan que fortalecer la capacidad de obleas en EE. UU. podría aliviar cuellos de botella en la cadena de suministro y reducir riesgos geopolíticos, aunque también podría intensificar la competencia por talento y proveedores en la región. Para empresas costarricenses y centros académicos locales, la tendencia ofrece oportunidades de colaboración y capacitación técnica en áreas vinculadas a la microelectrónica.
GlobalWafers continúa así su plan de expansión internacional con apoyo público estadounidense, mientras gobiernos y empresas observan de cerca cómo estas inversiones reconfiguran el mapa global de la industria de semiconductores.

