Israel lanzó este fin de semana las primeras maniobras ofensivas rumbo a la ciudad de Gaza, mientras su ejército —fatigado por meses de combate— enfrenta un posible déficit de personal militar pese a la convocatoria de decenas de miles de reservistas. El primer ministro Benjamin Netanyahu defendió la necesidad de tomar el enclave urbano del norte de la Franja, al que calificó como uno de los últimos bastiones de Hamás. El Estado Mayor ordenó un refuerzo inmediato de tropas para sostener la operación.
Déficit de personal militar en la ofensiva
La petición de refuerzos incluye el llamado de 60.000 reservistas adicionales y la prórroga del servicio de 20.000 más. Fuentes castrenses reconocen que la operación urbana requerirá un despliegue masivo de infantería, ingenieros y unidades médicas para penetrar y asegurar barrios densamente poblados, lo que consume mano de obra y logística a gran escala. El IDF ya acumula bajas, rotación alta y desgaste tras meses de combates y operaciones puntuales.
Retos tácticos y déficit de personal militar
Los analistas subrayan que entrar en Gaza City supone un salto en la complejidad táctica: calles estrechas, túneles, posiciones fortificadas y la presencia de civiles obligan a un uso intensivo de infantería y a una coordinación precisa entre tropas activas y reservistas. Muchos de estos últimos son convocados por primera vez desde el inicio del conflicto y deben equilibrar sus compromisos familiares y laborales con las nuevas obligaciones militares.
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Debate político e impacto internacional
En el plano interno, la ampliación de la movilización ha desatado un debate sobre la duración del servicio obligatorio y la sostenibilidad de la ocupación. Organizaciones civiles y partidos reclaman transparencia en la planificación y garantías para la protección de no combatientes. A nivel internacional, crecen las presiones para que Israel facilite el ingreso de ayuda humanitaria y reduzca el impacto sobre la población civil, que atraviesa una crisis de suministros y servicios básicos.
Consecuencias del déficit de personal militar
Especialistas advierten que, si el ejército no logra cubrir vacantes críticas, la eficacia operativa podría disminuir y alargar la campaña, aumentando el riesgo de bajas y el desgaste político. Para Gaza, una operación prolongada se traduciría en desplazamientos masivos, destrucción de infraestructura y tensiones humanitarias más graves. Pese a ello, el Estado Mayor insiste en que la combinación de tropas activas y reservistas permitirá cumplir los objetivos, aunque el tamaño del llamado revela la magnitud del desafío militar y político que enfrenta Israel.