S LINE llega como la sorpresa coreana que muchos ticos ya están comentando en redes y charlas de cafetería. Producida por la plataforma Wavve y dirigida por Ahn Joo-young, conocida por la película I Want a Father, esta adaptación de un webtoon mezcla fantasía y suspenso con un ritmo que obliga a seguir un capítulo tras otro. La premisa es simple y atómica: en un futuro cercano, las personas quedan conectadas por una línea roja, la llamada S LINE, cada vez que han tenido una relación sexual. Esa visualización literal de vínculos provoca una cadena de eventos que vuelven al mundo tan impredecible como interesante.
La serie apuesta por personajes bien delineados. Lee Soo-hyuk interpreta a un policía que, a simple vista, parece dejado y desaliñado, pero cuya vida privada revela a un verdadero mujeriego. Su personaje equilibra tensión y carisma, y el actor entrega una interpretación que mantiene enganchado al público. La protagonista femenina, interpretada por Lee Da-hee, es una profesora enigmática cuya belleza y misterio hicieron que más de uno soltara un ¡no puede ser! en el timeline. Y Arin aporta frescura con un corte de pelo radical y el rol de una joven que posee la capacidad de ver las S LINE, lo que la coloca en el eje narrativo como testigo y catalizadora de secretos.
Más allá del gancho visual, S LINE funciona porque sabe manejar el tempo. Los guiones de Ahn Joo-young mezclan situaciones de alto voltaje emocional con momentos de humor negro y curiosidad humana. La serie se siente pensada para el binge watching sin perder calidad: cada episodio deja una pista, una revelación o un cliffhanger que logra que el dedo haga clic en el siguiente capítulo. En términos de producción, la dirección de arte y la música acompañan ese tono entre lo fantástico y lo cotidiano, aportando personalidad sin caer en excesos.
S LINE también explora, de manera implícita, temas sociales actuales: la intimidad en la era digital, la exposición de los deseos y la curiosidad moral colectiva. Esa combinación de morbo y reflexión es lo que prende la chispa del boca a boca. Para quienes en Costa Rica buscan contenidos distintos a los grandes bombazos comerciales, esta serie es una opción chiva, perfecta para una noche de maratón con amigos.
Si aún no la ha visto, la recomendación es simple: prepárese para un viaje que mezcla gore leve, misterio y personajes magnéticos. S LINE no solo entretiene, sino que deja preguntas sobre la forma en que nos vinculamos hoy. Pura vida para el que quiera descubrir por qué esta serie se convirtió en tema de conversación y por qué, una vez que empieza, es difícil pararla.