Ucrania golpea la infraestructura energética rusa
Los recientes ataques ucranianos contra instalaciones clave en Rusia provocaron incendios y daños en refinerías, estaciones de bombeo y trenes cisterna. El resultado inmediato: precios de gasolina en récord histórico y filas interminables en varias ciudades rusas.
Una estrategia con drones y precisión
Analistas señalan que la campaña busca debilitar la logística militar rusa y presionar al interior del país. Con drones y armas de precisión, Kiev apunta a frenar el reabastecimiento de tropas y forzar a Moscú a desviar recursos a la defensa doméstica.

Escasez y desabastecimiento interno
Gasolina más cara en pleno verano
El repunte coincide con la temporada veraniega, cuando la demanda de combustible aumenta por traslados y cosechas. Agricultores y transportistas reportan problemas para cumplir rutas, y en muchas estaciones ya se imponen límites de venta.
Medidas del gobierno ruso
El Kremlin respondió prohibiendo temporalmente la exportación de gasolina para priorizar el consumo interno. También movilizó reservas estratégicas y reforzó la seguridad en instalaciones críticas, aunque expertos advierten que son soluciones de corto plazo.
Consecuencias y riesgo de escalada
Impacto para la población civil
Los ciudadanos enfrentan mayores costos de transporte, alzas en la producción agrícola y una incertidumbre creciente sobre el suministro.
Efectos en el escenario global
Aunque los mercados internacionales de petróleo permanecen estables, observadores advierten que ataques prolongados a la infraestructura energética rusa podrían generar repercusiones políticas y económicas más allá de sus fronteras.
Conclusión
La ofensiva ucraniana ha puesto en jaque un sector vital para Rusia: la energía. Entre filas kilométricas, gasolina más cara y presión militar, el conflicto muestra que los drones no solo vuelan sobre el frente de batalla… también afectan la vida cotidiana de millones.