Cómo Anguila ganó millones con su dominio .ai

By Ryan
3 Min Read
Google en EE.UU. juez evita división y ordena compartir datos

Los dominios en Anguila, en especial la extensión .ai, pasaron de ser un registro olvidado en los 80 a una fuente millonaria gracias al auge de la inteligencia artificial.

De un registro olvidado a un tesoro digital

La historia empieza en los años 80. Por entonces el mundo repartía extensiones web nacionales. Así nació .ai para la isla caribeña de Anguila.

Sin que nadie lo viera venir, esa sigla cobró valor décadas después. Cuando «AI» se convirtió en la abreviatura global de inteligencia artificial, el dominio explotó en demanda.

Millones por una coincidencia histórica

Empresas tecnológicas, startups y proyectos de IA empezaron a elegir .ai por su significado. Además, las marcas vieron en esa extensión una ventaja para posicionarse.

En consecuencia, las ventas y las renovaciones de dominios generaron ingresos importantes para la isla. Según reportes internacionales, Anguila empezó a recibir millones de dólares al año.

Para una isla pequeña, ese flujo fue transformador. El dinero ayudó a financiar servicios públicos y mejorar infraestructura. Por ejemplo, se invirtió en conectividad y en proyectos locales.

¿Por qué funciona tan bien .ai?

Primero, la sigla coincide exactamente con el acrónimo global de inteligencia artificial. Segundo, la oferta de dominios cortos y memorables es limitada. Por lo tanto, las empresas pagan más por un dominio .ai atractivo.

Además, los registradores privados y los revendedores aprovecharon la oportunidad. Ofrecen paquetes y nombres premium que se venden a precios altos. Sin embargo, parte de esos ingresos va a las arcas del territorio.

Lea también: Chip AI de huella digital con cifrado inaugura la era sin contraseñas

Impacto y retos

Aunque la isla ganó dinero, también surgieron desafíos. Gestionar una demanda global exige regulaciones claras. Por lo tanto, Anguila tuvo que modernizar su sistema de registro.

También hay debates sobre la sostenibilidad de depender de una sola fuente de ingresos. Finalmente, las autoridades buscan diversificar la economía.

En el plano global, el caso de Anguila muestra cómo una elección técnica de hace décadas puede cambiar el destino económico de un territorio. Por ejemplo, pequeñas etiquetas en internet pueden convertirse en activos valiosos.

En resumen, la suerte y el contexto tecnológico hicieron de .ai un recurso inesperado. Y mientras la inteligencia artificial siga en auge, la isla seguirá sacando provecho de su señal en la web.

Fuente: Infobae

Share This Article