Daños de frituras
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¿Te entra el antojo a medianoche y solo lo calma un pollo frito doradito o unas papas crocantes? Lo entendemos perfectamente. Pero, ¿sabías que abusar de estas delicias fritas puede ser una caricia efímera a tu ánimo y, al mismo tiempo, una amenaza silenciosa para tu bienestar físico y emocional? Desde inflamación nerviosa, aumento de peso, hasta problemas de piel e incluso un mayor riesgo de depresión, el consumo excesivo de frituras puede pasarnos factura. El doctor Chien-An Chou nos ayuda a desmontar tres grandes mitos sobre estos alimentos y a descubrir cómo una alimentación consciente puede ser nuestra mejor aliada.
¿Te ha pasado que en plena madrugada, tu estómago empieza a rugir y te dejas seducir por el aroma tentador de algo crujiente y frito? Es un clásico. Sin embargo, detrás de ese festín dorado que parece reconfortar el alma, se puede estar gestando una tormenta emocional. Porque sí, este placer fugaz puede tener consecuencias más profundas de lo que imaginamos.
¿Qué efectos secundarios dejan las frituras en nuestro cuerpo?
¿Qué daños podríamos estar acumulando si frecuentamos estos sabrosos antojos grasosos? Te lo contamos todo con lujo de detalle.
1. Cuanto más las comes, más decae tu estado de ánimo
-Culpable: acrilamida neurotóxica. Este compuesto se forma cuando los aminoácidos y azúcares se combinan bajo altas temperaturas, superando los 120 °C.
-La acrilamida provoca inflamación cerebral por oxidación, altera el metabolismo lipídico y afecta nuestras emociones y comportamiento. Mientras más consumes, más vulnerable se vuelve tu estado anímico.
2. Cuanto más comes, más sube la balanza
– El exceso de grasas en las frituras puede causar resistencia a la insulina y desequilibrios hormonales.
– Al disminuir la sensibilidad del cuerpo a la insulina, el páncreas se ve forzado a generar más, favoreciendo la acumulación de energía y abriendo camino a una posible diabetes tipo 2.
– Además, la alta cantidad de sal puede intensificar la sed, llevándote a consumir más dulces, elevando inevitablemente el conteo calórico.
3. Cuanto más comes, más se agota tu energía
– Estas comidas ultrasabrosas, llenas de grasa, tienden a pegarse en las paredes del estómago e intestinos, ralentizando la digestión y provocando molestias como pesadez, acidez o reflujo.
– Desde la perspectiva de la medicina tradicional china, las frituras poseen una energía «caliente e inquieta» que puede desencadenar inflamación corporal. Problemas como acné, piel roja o inflamada, dermatitis seborreica, resequedad o picazón están relacionados con esta sobrecarga interna: una forma natural en que nuestro cuerpo intenta desintoxicarse.
4. Cuanto más comes, más se acorta tu vida
Consumir excesivamente alimentos fritos y grasos puede reducir los niveles de HDL (colesterol bueno) y aumentar los triglicéridos y el LDL (colesterol malo) en la sangre. Este desequilibrio puede causar arteriosclerosis y se asocia directamente con enfermedades cardíacas graves como infartos o bloqueos arteriales.
Los 3 principales errores al comer frituras: revelados
¿Creías que quitar la piel al pollo frito te salvaba? ¿O que elegir vegetales fritos era más “balanceado”? Quizás sin darte cuenta hayas caído en estas trampas bien disfrazadas de “saludable”.
1. Error común: comer pollo frito sin piel
– Aunque le quites la piel, la carne absorbe entre 3% y 8% de aceite, así que la grasa aún está presente.
– Si bien pelarlo reduce un poco las calorías, continúa siendo un platillo con alta densidad calórica.
2. Error común: optar por vegetales fritos
– Las temperaturas altas destruyen los nutrientes y vitaminas de los vegetales. Si buscás una opción realmente saludable, optá por ensaladas frescas.
– Aunque los vegetales tienen alto contenido de agua, al freírlos el aceite reemplaza esa agua, haciendo que su contenido calórico se multiplique hasta por 5.
3. Error común: elegir frituras pequeñas
– La forma y tamaño influyen en cuánta grasa absorben. Las piezas más pequeñas, como las papitas chips, aunque livianas, absorben hasta un 15% de aceite, comparado con solo un 2% de los trozos grandes.
– El método de cocción también cuenta. Los alimentos empanizados tienden a absorber más aceite, por lo que es preferible optar por los que se fríen sin rebozado.
Sin duda, los fritos son irresistibles al paladar. Pero si abusamos o no elegimos bien sus ingredientes, podemos estar saboteando discreta pero sostenidamente nuestro bienestar. Una dieta equilibrada, rica en variedad y nutrientes, es nuestra mejor arma para mantener una mente clara y un cuerpo vibrante. Conocer qué comemos y cómo lo preparamos es más que una elección, es un acto de amor propio. Porque la salud —interna y externa— comienza en el plato.
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El artículo ¿El placer nocturno de la comida frita podría ser el inicio de una tormenta emocional? apareció primero en iLady Amor para vos | Medios internacionales dedicados a la mujer.