Cómo cultivar maní en Costa Rica y aprovechar sus beneficios
Variedad peruana muestra excelente rendimiento en clima tropical costarricense
El cultivo de maní se perfila como una alternativa rentable y saludable en el sector agrícola costarricense.
En los últimos meses, una variedad de maní originaria del Perú ha mostrado un rendimiento sobresaliente en el clima tropical del país, despertando el interés de pequeños productores y aficionados a la agricultura sostenible.
El maní, además de ser un alimento altamente nutritivo, se adapta con facilidad a distintas zonas del territorio nacional, ofreciendo beneficios económicos y nutricionales que lo convierten en una excelente opción para el consumo local.
¿Por qué cultivar maní?
El maní es considerado uno de los alimentos más completos dentro del grupo de leguminosas. Contiene una alta cantidad de vitaminas, proteínas, grasas saludables y minerales esenciales.
Destaca su aporte de ácido pantoténico (vitamina B5), una sustancia vital para el metabolismo energético.
De hecho, solo el hígado supera al maní en concentración de esta vitamina, lo que lo hace ideal para fortalecer el sistema nervioso y la resistencia física.
Su contenido de antioxidantes y grasas monoinsaturadas también contribuye a la salud cardiovascular, ayudando a reducir el colesterol malo y aumentar el bueno.
Claves para un cultivo exitoso
El clima tropical húmedo de Costa Rica ofrece condiciones óptimas para el desarrollo del maní, siempre que se apliquen prácticas adecuadas de siembra y cuidado.
1. Selección de semillas.
Se recomienda utilizar semillas de alta calidad, especialmente aquellas variedades adaptadas a zonas cálidas y suelos ligeros. La variedad peruana ha mostrado buena germinación y resistencia en el país.
2. Preparación del terreno.
El suelo debe ser suelto, bien aireado y con buen drenaje. Es esencial evitar terrenos donde se acumule el agua, pues el exceso de humedad puede generar hongos y afectar las raíces.
3. Siembra y cuidados.
Las semillas deben enterrarse a una profundidad de 3 a 5 centímetros, con espacio suficiente entre plantas.
El riego debe ser moderado, manteniendo la tierra húmeda pero sin saturarla. Durante el crecimiento, es recomendable eliminar malezas para favorecer el desarrollo de las vainas.
4. Cosecha.
El tiempo ideal de cosecha ocurre entre los 4 y 5 meses posteriores a la siembra, cuando las hojas empiezan a amarillarse. Tras arrancar las plantas, los frutos deben secárse al sol durante varios días para conservar su sabor y nutrientes.
Un cultivo nutritivo y sostenible
Además de sus beneficios económicos, el maní enriquece el suelo al fijar nitrógeno de forma natural, reduciendo la necesidad de fertilizantes químicos.
Su producción puede integrarse fácilmente en sistemas agrícolas familiares, aportando una fuente de alimento saludable y de bajo costo.
Por su valor nutricional, el maní es una opción excelente para diversificar la dieta costarricense, fortaleciendo la seguridad alimentaria con productos cultivados localmente.
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